Páginas de viaje

Relatos de viajes y sus peculiaridades

04 enero, 2007

MAR DEL PLATA Fue un visionario empresario de su época, Patricio Peralta Ramos, quien dio origen a lo que hoy es la Ciudad Feliz nombre con el que se la conoce a Mar del Plata. La creación oficial la hizo el gobernador Mariano Acosta que el 10 de febrero de 1874 firma el decreto de su fundación en los terrenos de propiedad del señor Peralta Ramos y dentro del partido de Balcarce. En el año 1881 Pedro Luro hizo construir el primer hotel: el Grand Hotel que ocupaba una manzana y tenía 110 habitaciones, estaba en la manzana que actualmente rodean las calles Entre Ríos, Corrientes, San Martín y la Av. Luro. En el año 1886 llega el primer tren y es ahora que comienza el verdadero destino de este pueblo que con el tiempo y la llegada de una población laboriosa que fomentó las tareas agrícolas, la industria pesquera y la intensificación del turismo, que fue el factor dinamizante del progreso marplatense, crece y se convierte en lo que es hoy: la más importante ciudad turística del país. A mediados de 1883 y con la llegada a este balneario de la aristocracia porteña se construyen ostentosos hoteles con grandes salones de baile y una arquitectura muy particular y es a partir de aquí que llegan presidentes, vices, diputados, ministros y grandes intelectuales de la época. La élite cambió las quintas de recreo en las afueras de Buenos Aires por el aire marino de Mar del Plata Cuando con el tiempo Mar del Plata se convierte en el símbolo del balneario pop se decide la construcción del Gran Hotel Provincial ubicado en un punto neurálgico de la ciudad, este edificio integra un conjunto urbanístico de macizos gemelos junto al Edificio Casino y es proyectado por el arquitecto Alejandro Bustillo, de composición y estilo clasicista provoca un poderoso impacto urbano protagonista de todas las postales de la ciudad. Hoy es un elemento del patrimonio cultural de la ciudad.- Es en esta ciudad donde desde el año 1954 se realiza el Festival de Cine a donde concurren invitados representantes de nuestro país e internacionales de la cultura, famosos artistas locales y de todo el mundo y empresarios de la industria cinematográfica de renombre. Se organizan debates y mesas redondas donde se discuten temas de interés como la censura y la relación de la literatura con el cine. En este festival se entrega el premio oficial llamado Astor en homenaje al prestigioso músico Astor Piazzolla nacido en esta ciudad. Un buen día de nuestro paseo debe comenzar en la confitería Boston, con un generoso café con leche y las más exquisitas medialunas posibles, dicen que la diferencia la marca el que están hechas con manteca sin aceite. Entonados contemplamos desde el mirador que se levanta junto al Golf Club a la ciudad que luce impecable y nos muestra a la Escollera Norte que se alarga detrás de los silos, los guinches y las dársenas. Giramos y contemplamos la rocosa Escollera Sur donde con su santa paciencia los pescadores esperan que pique algún pejerrey mientras los acompañan los lobos marinos que bostezan sobre las rocas y una veintena de barcos oxidados que esperan su desguace. Ahí nomás está el puerto donde en la banquina de los pescadores podemos tentarnos por el pescado fresco y las conservas que se venden en informales puestos, es aquí donde en el Museo del Hombre del Puerto podemos revivir la epopeya de los pioneros italianos. Ya que estamos en el puerto nada mejor que dejarnos tentar por alguno de los diversos restaurantes de pescados, mariscos y pastas. El descanso después del almuerzo lo hacemos en el bosque Peralta Ramos rodeado de ceibos, arrayanes, pinos y palmeras y perfumándonos con el aroma de los mismos. Luego recorremos 25 km. y llegamos a Chapadmalal donde si el tiempo lo permite podemos bañarnos y jugar con las olas y visitar la centenaria estación de tren que es una imperdible reliquia inglesa de madera y techo de chapa. Volvemos a la ciudad y paseamos por el barrio Los Troncos donde nos encontramos con parte más aristocrática de la historia de la ciudad. En Matheu al 1800 emerge Villa Victoria, el centro cultural creado en la mansión de Victoria Ocampo y con el Museo Histórico Municipal en la Villa Mitre en Formosa y La Madrid. Legó la hora de la cena y para eso nos vamos hacia playa Varese que a esta hora es un punto oscuro y comemos en alguno de los restaurantes de la zona para luego corrernos hasta el lugar de la movida joven , Alem, Bernardo de Irigoyen y Almafuerte donde elegimos uno de los tanto pubs del lugar para degustar exquisitas cervezas artesanales para partir luego a mover el esqueleto a la calle Constitución. El día siguiente lo comenzamos en un clásico de la ciudad como los alfajores, el faro de Punta Mogotes y el hotel Provincial, el Torreón del Monje donde tomamos un café mirando el mar y las playas del norte con la compañía de una melodía de piano que suena detrás. Caminamos unas cuadras y visitamos el Museo Castagnino, en Alvear y Colón, con gran cantidad de obras de él, de Berni, Alonso y Soldi. Enfrente nos encontramos con el Museo del Mar donde podemos observar los 30.000 ejemplares de todos los colores, tamaño y formas que son el fruto de los viajes por todos los mares del mundo que Benjamín Sisterna emprendió durante 60 años. A la hora del almuerzo nos podemos deleitar en alguno de los restaurantes que encontramos por Playa Chica o Playa Grande, alguno de los cuales parece que estuviesen sobre el mar por lo que al comer nos deleitamos observándolo. A 12km.de la ciudad por la ruta 226 está la entrada a la Laguna de los Padres, acá visitamos una capilla y ranchos reconstruidos que recrean la Reducción del Pilar de los jesuitas, paseamos por el borde de la laguna cuyo espejo de agua es altamente relajante lo mismo que el bosque de coníferas que la rodean. Seguimos seis km. al norte y está la Sierra de los Padres. Desde antes del arco de entrada empiezan las atracciones, como los puestos de artesanías y frutas y verduras recién cosechadas, sigo por la Casa de los Pavos Reales y el Zoo El Paraíso. Desde el mirador se pude tener una magnífica visión de la sierra y la laguna fundidas en una inmejorable panorámica. Llegó la hora del regreso, vimos y apreciamos lo más bonito de esta ciudad ahora libremente disfrutemos las extensas y aireadas playas que cuentan con todo el confort de los balnearios cinco estrellas, a cuidarse del sol, hasta la vuelta y no olviden los alfajores.