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Relatos de viajes y sus peculiaridades

17 noviembre, 2006

Villa Gesell

Hay en nuestras costas una playa que se destaca por su historia y su aceptación, es Villa Gesell . La villa, como la nombra la mayoría de las personas, comenzó con el sueño de un hombre que en el año 1931 compra más o menos 1600 hectáreas de dunas frente al mar. El 14 de diciembre de ese año comienza a construir su casa, actual museo. Al año siguiente instala un vivero cerca de su casa y planta 30 has de pinos y acacias. Durante años miles de plantas se pierden por acción de los vientos. En 1939 Carlos Gesell incorpora a la forestación una planta australiana, la acacia trinervis de gran supervivencia a los fuertes vientos marinos, así protegidos los pinos comienzan a prosperar. Su primer nombre fue Balneario Parque Idaho y en el año 1941 comienzan a llegar los primeros turistas. En 1947 se acepta el nombre de Villa Gesell y comienza a funcionar la primera escuela, también se construye el primer hotel que aún se conserva. La empresa Antón inicia sus servicios hacia esas costas en el año 1956. En los años 60 fue refugio y lugar de veraneo de los hippies que dejaron su huella imborrable en este balneario ya que la villa guarda en el presente una vocación de falta de solemnidad y un aire de libertad y desenfado que hace que la juventud la prefiera a otras playas, como ejemplo valga el dato de que en sus playas, allá por los 60, se usó por primera vez la bikini y fue donde se lanzaron las famosas Canciones para Ejecutivos de M.E.Walsh Hoy Gesell es una ciudad llena de vida con opciones para todos los gustos. Para los amantes de las compras la Avenida 3 es la cita obligada conjuntamente con la Feria Artesanal que tiene más de 100 puestos. Los que gustan de actividades al aire libre pueden disfrutar de canchas de golf, cabalgatas, paseos por el bosque y en las playas pueden practicar motonáutica, jet esquí, esquí acuático o windsurf. También pueden jugar al volley, tejo, paleta y otras actividades de playa. Pero lo que más atrae y por eso tan visitada por veraneantes de todas las edades es su interesante vida nocturna, con numerosos restaurantes, confiterías, pubs y discotecas, espectáculos artísticos además de salas de bingo. Un paseo muy interesante es visitar el Faro Querandí, al que sólo se llega por la playa y que está emplazado en un oasis de pinos y acacias y rodeado de dunas vírgenes, formando la mayor reserva de dunas del mundo. Podemos pasear y cargarnos de vitalidad y energía por Pinar del Norte, donde está la Casa Museo de C. Gesell y el vivero donde se hicieron las primeras demostraciones de adaptación. Los habitantes estables desarrollan una fuerte actividad cultural en la Casa de la Cultura la que puede ser vivida por las veraneantes y que comprende interesantes charlas, espectáculos teatrales y la visita a los innumerables ateliers que les abren sus puertas y donde los artistas muestran su obra y comparten sus experiencias creativas. Hay fiestas que sirven de excusa para visitar la villa todo el año, en agosto la Fiesta del Chocolate. La fiesta Invernal de la Cerveza, la de la Salchicha y el Chucrut. En octubre la de la Raza en el Mar donde se organiza una gran paella y desfile de carrozas. Una de las novedades son las caminatas para ejercitar las piernas y conectarse con el mar sin intermediarios y también las cabalgatas nocturnas por las dunas y médanos con el feliz final del fogón y la mateada a la madrugada. Podemos optar por hacer el Circuito de los Artesanos que permite admirar otra faceta de la vida geselina a la vez que obliga al visitante a cruzar la ciudad de punta a punta. Otro paseo interesante es el recorrido de esos rinconcitos semiescondidos que ofrecen delicias artesanales como las casitas de té y picadas que se encuentran en medio del bosque donde podemos saborear la cerveza elaborada ahí mismo o un exquisito fondue de queso. Como resumen podemos decir que Gesell tiene algo que la mantiene de moda para la gente que le gusta deambular, lejos del asfalto, entre médanos, pinares y el misterio del antiguo vivero desde donde se oye el ruido del mar.