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Relatos de viajes y sus peculiaridades

09 junio, 2006

MENDOZA La ciudad de Mendoza es la capital de la provincia homónima que junto con San Juan y San Luis forman la zona de Cuyo. Está situada al pie de la cordillera de Los Andes y es el punto de partida ideal para conocer las bellezas que encierra esta provincia. Un clima seco, con sol ardiente y temperaturas agradables que se extienden hasta mayo hacen que sea visitada por gran cantidad de turistas para recorrer los caminos mendocinos que son una invitación para los sentidos, como la inmensidad del cerro Aconcagua, los ríos correntosos que prometen aventura y la visita a las bodegas que nos permiten encontrar en el pequeño espacio de una copa los aromas y los colores del vino. Paseando por la ciudad no debemos dejar de oír el ruido del aguas que corren por las acequias que nos demuestran que esta tierra y sus habitantes vencieron a la adversidad y la transformaron en un oasis al borde del desierto. El Parque General San Martín es el gran pulmón verde de la ciudad. Está al pie del Cerro de la Gloria, tiene a su entrada dos enormes portones y es donde en el mes de marzo se realiza la Fiesta de la Vendimia para recordar a los turistas que el vino es lo mejor que podemos tomar cuando la visitemos. Para recorrer la ciudad podemos subirnos a alguna de las cinco líneas de trolleys que unen la parte vieja con la nueva, explorar los ateliers de los artistas locales y culminar, a la hora de la cena, en la calle Arístides Villanueva que es la lugar de la movida nocturna. No debemos alejarnos mucho de la ciudad para comenzar a conocer sus bellezas, a solo 65 km. está el dique Potrerillos a 1400m de altura sobre el nivel del mar. En este lago artificial no está permitido bañarse ni navegar con motor pero si hay lugar para el remo, el buceo, el canotaje y la pesca. Es uno de los sitios preferidos para las tablas y las velas Aquí en el caudaloso río Mendoza se practica rafting en los rápidos y nos regala postales en las aguas tranquilas cuando se rema entre montañas. Si seguimos por la ruta 40 se llega hasta el Cristo Redentor en la frontera con Chile. Pasamos por el cerro Punta Vacas cuyas tonalidades se parecen al de Siete Colores y desde donde se aprecia el valle de Uspallata. Seguimos ascendiendo y surge el Puente de Inca donde podemos ver las ruinas del primer hotel termal construido en 1917 y destruido por un alud. Aquí está la entrada al Parque Provincial Aconcagua, tomamos un camino pedregoso, ideal para recorrer a pie entre los gigantes rocosos lo que nos producirá una sensación de infinito bienestar, para llegar a Las Cuevas donde el silencio solo es interrumpido por el viento, y que es el último punto antes de la frontera con Chile y el Cristo. Haciendo un poco de Historia recordemos a los primeros misioneros que en el siglo XVII trajeron a esta provincia las primeras cepas de vid que dieron origen a la primitiva industria del vino, siendo hoy la provincia mejor productora de las uvas finas del país y que posee más de 1200 bodegas. En el Valle de Uco, a una hora de la ciudad podemos comprobar lo dicho ya que el río Tunuyan riega los cultivos de viñedos Merlot, Malbec, Chardonay y Semillón. Muchas bodegas ante el interés turístico por conocer el proceso de elaboración del vino instalaron paquetes restaurantes, galerías de arte y spa donde se cumple el dicho que dice que la mejor manera de disfrutar el vino es en buena compañía. Si tomamos hacia el sudoeste de la ciudad y luego de recorrer 38km. llegamos a las termas de Cacheuta El origen de las aguas son los deshielos que Infiltradas a grandes profundidades vuelven a ascender por las altas temperaturas y mineralizadas alcanzan temperaturas de 45° y 50°. Aquí se pueden hacer caminatas por un camino con vista a las aguas termales y el puente colgante, recorrer senderos montañosos y alcanzar saltos de roca natural que requieren sogas para rappel y cruzar el río Mendoza en tirolesa. ¡Todo una aventura! Al lado del hotel de las termas nos encontramos con un Parque Acuático donde podemos divertirnos en una gran piscina con olas y playa de arena y también podemos deslizarnos por el tobogán que desciende por el interior de la ladera de la montaña hasta la piscina. Ya un poco más lejos, a 130km. de la ciudad y en la confluencia de los ríos San Juan y Mendoza podemos visitar una zona de 20mil hectáreas de médanos, sin vegetación y que al atardecer se tiñe de rojo siendo un imán para los fotógrafos. En el centro de este desierto se encuentra el bosque Telteca, formado por un frondoso entramado de añosos algarrobos que está regado por un canal de agua que se desliza a unos diez metros bajo la superficie. Dejamos Mendoza para ir....., ya lo veremos en la próxima entrega.